
Me interesa trabajar con mi memoria, ubicar recuerdos y luego trasladarlos al dibujo/pintura. Mi producción transcurre entre texturas de paredes, colores de tazas y cortinas, objetos insólitos, referentes, la propia cuerpa, amistades y la propia casa. Un recorrido por la intimidad que es resultado de la convivencia en la abundancia de estímulos. Busco evocar un momento para sentirse/me/nos menos angustiadxs y solxs. Imágenes de soledad para compartir en la digitalidad, en el “mundo” donde sentirse menos solos es una posibilidad.
Los dibujos y las pinturas se insertan en un relato de lo que acontece, de la propia cosmovisión del mundo, autorretratos que cuentan la consciencia sobre la propia cuerpa y su vivencia en el marco de lo pandémico.
Las dimensiones en pequeño formato, que permite trasladarme del taller, de la plaza, de la casa amiga, a mi casa con la posibilidad de terminar la propuesta el mismo día, me interesan.
“Toda pintura habla de la presencia de una ausencia. Por eso el hombre pinta. La ruptura del espacio pictórico habla del deseo del arte”. John Berger, 2013